Un día triste

2011/03/31

Nuestra mente funciona de una forma curiosa.

Por más racionales que seamos y aunque sepamos que la gente que nos rodea e incluso nosotros mismos no somos permanentes, nuestra mente prefiere tener esos enlaces, esas falsas certezas de que hay personas y cosas que siempre están ahí.

Supongo que hace más fácil el día a día, pero también hace más impactante las malas noticias cuando llegan. Aún cuando no sean sorprendentes.

Mi abuela murió ayer por la noche.

Es curioso. A pesar de que siempre he tenido interés en mi árbol genealógico, no fue hasta hace algo menos de un año que me puse de verdad a indagar, y ella a sus 96 años de aquella, se acordaba de muchísimas cosas y reconocía a todo el mundo en las fotos (para sorpresa de mi madre y mis tías, que hasta se enteraron de alguna cosa esa tarde). Me ayudó a rellenar el árbol varías generaciones hacia arriba. Dicen que es importante preguntar a las personas mayores de la familia, porque guardan muchos recuerdos y un día se irán y ya no podrán contarte lo que recuerdan. No esperaba que se fuera tan pronto.

Ahora toca poner una fecha desagradable en el árbol.

Pero supongo que también toca pensar en que mi abuela vivió 97 años, conoció a sus bisnietas y bisnieto, y murió tranquilamente y sin un largo sufrimiento. Su recuerdo vive y vivirá con nosotros y en sus bisnietas (al explicárselo a Irene, se ha puesto a mirar al cielo, pero ha decidido que debe estar en el cielo de España) y son recuerdos bonitos.

Un abrazo abuela, gracias y buen viaje.